No estoy en contra del rock melancólico, como Radiohead, o del desorbitado rock de Tame Impala. Lo que yo tengo es que extraño el rock que te liberaba las ganas de golpear algo. Extraño el rock que me llenaba con insanos deseos de robar un muscle car y manejar por la autopista en una persecución policiaca destinada a terminar trágicamente.
Pero eso ya pasó de moda. Ahora solo nos queda escuchar interminables covers de canciones de los 70s – 90s en nuestras películas de acción, o más verídico aún: no esperes nueva música para tu playlist para matar zombies.
Espera un momento, ¿no tienes un playlist para matar zombies? No quiero decir que tengas tu iPod Shuffle junto a un bate en tu cuarto mientras esperas a los hps. Quiero decir ese playlist que pones, cuando te pones los audífonos, cuando estás hasta la madre de las pendejadas ajenas; cuando sales a correr (aunque fumas) porque necesitas sacar fuego por tus músculos; quiero decir el playlist para cagar trozos de carbón en llamas mientras pateas la pared. ¿No tienes una playlist así? Bueno.
Yo sigo siendo una persona que se enoja mucho, hay veces que hasta lo disfruto: como cuando, en la bici, un chevi se me cerro y le golpee el vidrio de su ventana, decía que quería pelear pero se me veía lo encabronado y mejor se fue — cómo disfrute estar enojado aquella vez. Sentirte como un animal. Porque eso es lo que eres, un animal. Y como animal, no quería ser razonable e irme a casa, yo quería averiguar quien estaba más apto para ser el macho alfa, ente él y yo.
La verdad es que no fue su forma egoísta de manejar lo que me enojo. La verdad es que su forma de manejar me sacó de un iracundo transe como un rayo de sol interrumpe a un día nublado. En ese momento él era la mejor excusa para sacar mi enojo ante la vida y conmigo mismo. Y eso era todo lo que quería, una oportunidad para hacer un ‘poquito’ de justicia.
Por eso es que me pregunto: ¿quien se llevó mi música para cuando estoy enojado? ¿Que esperan que haga, llorar de frustración? No, no gracias. Prefiero estar enojado que triste (y algunas veces hasta prefiero estar encabronado que felíz).
Yo creo que todavía hay un espacio en el corazón de todos nosotros para la música de los enojados. Todos tenemos derecho a una creciente playlist para matar zombies. Todos tenemos derecho a estar enojados, y aún más importante, todos tenemos derecho a disfrutarlo. También creo que es culpa de esta religión autoayudista que la gente trate de bloquear su enojo, tristeza, soledad. Todos tenémos que sonreir todo el tiempo. Pero las cosas no tiene que ser así.
fcb
Comments by Paco Cortina